jueves, 12 de octubre de 2017

Ella



Hace algunos días todo ha sido muy extraño, sobre la ciudad, los habitantes y mis compañeros… solo he sentido miedo, pesar, oscuridad… pero no la que crea la tristeza, pero si la de la muerte. Es como el miasma, una vez que impregna algo, ya es difícil de sacar. No dudo mucho al decir que podría ser incluso permanente.
Pero de todo eso, lo que más me preocupa es ella, su forma de caminar, de mirar, de hablar…cambio… sé muy bien, ya he visto demasiado como para saberlo, lo sé muy bien, pero no logro comprender que cosa la cambio; Demonios…
Abro los ojos y calmo mi respiración, levanto el fusil mientras calibro la retícula con mi ojo, la cabeza de luna se menos borrosa a medida que mi vista se enfoca. Debería haber insistido más cuando estuve con ella; incluso siento una lagrima caer por mi mejilla.
Cuando ya estoy casi listo, veo a Kina acercarse por su espalda a gran velocidad, lleva una espada en sus manos. “¡no! No puedo permitir que manche sus manos, que siga mi camino”, es lo que pienso mientras jalo el gatillo, pero por el rabillo del ojo veo un puño acercarse lo suficientemente rápido como para no esquivarlo. El tiro se pierde en el cielo, mala suerte al que le toque el tiro explosivo.
Me golpeó la cabeza, el golpe hace que todo sea negro, aunque solo por un breve instante, con la ayuda de mis brazos me levanto un poco y miro hacia donde sé que se encuentra Kina noto con dolor como ella ha empalado a luna.
-¡noo! –grita la que me golpeo.
Su cuerpo está cubierto por un gran velo negro de cuerpo completo, lo que no me permite verle la cara, aunque si distingo su cola la reconocería en cualquier lado, esa punta triangular jamás la olvidaría.
¿Y ahora qué debo hacer? Es lo que pienso al tratar de levantarme por completo pero mi fuerza se desvanece, siento algo tibio correr por el costado de mi cabeza… La diferencia de fuerza entre humanos e híbridos es abrumante y aterradora.
Creo que mis luces quedan fuera…
Negro…
Mi cuerpo no se mueve, pero mi mente aun esta activa, y estoy muy cabreado, aunque rompa mis músculos hare que mis extremidades se muevan.
- ¡Tu cosa rara oscura! ¡Sé que estás ahí! ¡Es hora de devolver el favor! ¡Dime que objetivo cumplir!
-Nunca pensé que me llamarías –Escucho una voz etérea, incluso distingo unas risas ocultas en su voz –Te diré que hacer…
Abro los ojos y me levanto como un condenado, solo veo tengo dos opciones en el momento…La capturo y aprovecho que todos estas en pánico y dispersos para poder llevarla al lugar que le tengo preparado de antemano o, voy donde esta Kina y la hago entrar en razón, ella ya no es… ella.
Siento que alguien me susurra en el oído, pero no logro comprender del todo, siento algo de ira, pero no es lo suficiente para ser una bestia, quien sabe…
-Kina, tenemos que hablar… -Es lo que digo mientras aprieto la mandíbula e incluso el hueso crujir.
Miro hacia donde ella salió corriendo y, me agacho adoptando una posición que usan los corredores olímpicos, inhalo una gran bocanada de aire y el suelto lento. Mi aliento lo puedo ver y sentir, caliente como el aire que emana de una fogata. Mi metabolismo está volviendo a ser el mismo.
Con gran fuerza ejecuto mi salida, la tierra alrededor de mis pies se rompe y salta por los aires, con un sonido bastante potente. Todo el terreno que ella ya había cubierto me pareció la nada misma, en unos segundos ya estaba demasiado cerca de ella, apoyo una de mis piernas en el suelo y me impulso con un salto, en el aire hago una patada giro gancho. Ella se da cuenta, pero es muy tarde, el golpe le impacta en las costillas e incluso siento algo crujir. Cae al piso desplomada con su cara al cielo. Cuando toco el suelo salto nuevamente mientras levanto mi puño sin medir mis fuerzas.
- ¡Detenteeeee! -Escucho algo gritar casi dentro de mí.
Mi puño lo desvió y golpeo el suelo al lado de su cabeza, mis manos incluso llegan a sangrar por la fuerza que use. Que mierda iba a hacer, ¡Eso la hubiera matado!
Cuando veo la cara de ella con más detención hace que me rompa el corazón.
Está llorando, mientras que respira con dolor y gime seguido, sus ojos son los que pondría alguien aterrado y atrapado, es miedo puro.
- ¡Lo siento! -Digo conmocionado. Lo sigo repitiendo un par de veces más.
Cuando le voy a tocar su rostro ella gime y cierra sus ojos, aterrada. Las lágrimas no paran de surgir de sus ojos carmesí.
Con cuidado la levanto como a una princesa, pero ella responde con unos manotazos, aunque demasiado débiles por el dolor que esta sufriendo.
-Se que duele, estarás bien… Vas a estar bien.
Es lo último que le digo mientras voy lo más rápido que puedo a donde la puedo ayudar, hace mucho tiempo que no sentía ésta preocupación aterradora, no desde que perdí a todos….

No hay comentarios:

Publicar un comentario